Buscar a Dios
Léase Lucas 24.13-22
Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos; pero no lo reconocieron, pues sus ojos estaban velados.
Habría que preguntarse cuántas veces, en nuestro deseo de encontrar a Dios, acabamos buscando en el lugar equivocado. Quizá esto nos pase muchas veces por seguir la norma; buscamos donde otros encontraron. -- Lucas 24.15-16 (NVI)
Yo no encontré a Dios en la iglesia, encerrado entre cuatro paredes. Como a Dios le gusta hacerse el encontradizo, yo lo encontré donde no le buscaba, donde ni siquiera había pensado que pudiera estar: en un centro de discapacitados psíquicos.
Le veo reflejado en las caras de esos chicos, cuando sonríen, cuando intentan explicarte su forma peculiar y simple de entender el mundo, cuando valoran cada gesto de cariño, cada caricia, cada sonrisa; en sus esfuerzos de superación, en sus logros y hasta en sus lágrimas. Cada día aprendo valores que ellos me enseñan, como la amistad, el respeto, la fidelidad, la sociabilidad, la tolerancia. Desde su sencillez y humildad me invitan a conversar y a jugar con Dios, a aprender y a entregarme a Dios, a sentirme una persona mejor. Me siento renovada, con esperanzas, ilusiones, y con una paz que sólo allí encuentro.
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