lunes, 5 de diciembre de 2011

Los ojos de Dios

 

Los ojos de Dios

Léase Léase 1º de Samuel 16.1-13
No te dejes impresionar por su apariencia... La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.
- 1º de Samuel 16.7 (NVI)
Mi madre, mi hijo de 5 años y yo salimos una tarde a hacer algunas diligencias. Cuando regresábamos al auto, dejé a mi madre y al niño en una esquina, ya que ella tiene dificultades para moverse. Cuando regresé encontré a mi madre riéndose. Cuando la interrogué sobre el motivo de su risa, me contestó que mientras esperaba, una señora se había parado frente a ella y la observaba con intenciones de darle una limosna.
Parece que al ver a mi madre sentada con un bastón, lentes oscuros, un vaso en la mano, además de un «Lazarillo» al lado, le pareció una persona pidiendo limosma. Pienso que lo único que impidió que le diera algunas monedas fue que mi mamá andaba bien ataviada.
Ese día comentamos que es muy fácil juzgar sin haber profundizado en la realidad de las cosas. El profeta Samuel entendió que Eliab era el elegido de Dios para ser rey, pues su físico era imponente. Pero lo que Dios mira es distinto a lo que como humanos percibimos. Debemos, pues, usar los ojos de Dios al tratar de emitir un juicio de lo que está ante nosotros.

Autor

Sra. Yessenia Rosalía Acosta (Santo Domingo, República Dominicana)

Pensamiento para el día

Veremos mejor cuando miremos a través de los ojos de Dios.

Oración

Abre nuestros ojos, amado Dios, para ver como tú ves; no mirando la apariencia externa, sino el corazón. Amén.

Oremos
Por quienes están siendo juzgados injustamente.

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lunes, 5 de diciembre de 2011

Los ojos de Dios

 

Los ojos de Dios

Léase Léase 1º de Samuel 16.1-13
No te dejes impresionar por su apariencia... La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.
- 1º de Samuel 16.7 (NVI)
Mi madre, mi hijo de 5 años y yo salimos una tarde a hacer algunas diligencias. Cuando regresábamos al auto, dejé a mi madre y al niño en una esquina, ya que ella tiene dificultades para moverse. Cuando regresé encontré a mi madre riéndose. Cuando la interrogué sobre el motivo de su risa, me contestó que mientras esperaba, una señora se había parado frente a ella y la observaba con intenciones de darle una limosna.
Parece que al ver a mi madre sentada con un bastón, lentes oscuros, un vaso en la mano, además de un «Lazarillo» al lado, le pareció una persona pidiendo limosma. Pienso que lo único que impidió que le diera algunas monedas fue que mi mamá andaba bien ataviada.
Ese día comentamos que es muy fácil juzgar sin haber profundizado en la realidad de las cosas. El profeta Samuel entendió que Eliab era el elegido de Dios para ser rey, pues su físico era imponente. Pero lo que Dios mira es distinto a lo que como humanos percibimos. Debemos, pues, usar los ojos de Dios al tratar de emitir un juicio de lo que está ante nosotros.

Autor

Sra. Yessenia Rosalía Acosta (Santo Domingo, República Dominicana)

Pensamiento para el día

Veremos mejor cuando miremos a través de los ojos de Dios.

Oración

Abre nuestros ojos, amado Dios, para ver como tú ves; no mirando la apariencia externa, sino el corazón. Amén.

Oremos
Por quienes están siendo juzgados injustamente.

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