jueves, 22 de diciembre de 2011

Responder con gracia

                            

Responder con gracia

Léase Léase 1º de Samuel 1.1-18
Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Pero Ana le respondió: No, señor mío... No he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma...
- 1º de Samuel 1.14-15 (RVR)
Me puedo identificar con Ana en este relato, porque yo también sufrí acusaciones vergonzosas.
Desafortunadamente aunque mis experiencias pueden ser iguales a las de Ana, a menudo mis respuestas no lo son. Usualmente, cuando se me acusa falsamente, mi respuesta va desde insultos llenos de ira, hasta humillaciones a quienes me enojan y quejas llenas de llanto.
En cambio, cuando Ana fue juzgada falsamente, ella explicó con gentileza su comportamiento. Sus palabras hacia Elí fueron tiernas y respetuosas. Cualquier comentario que yo pudiera haber hecho hubiera mostrado solamente mi desprecio por Elí, y eso nunca hubiera logrado el resultado positivo que tuvo la respuesta de Ana. Cuando Ana respondió sin ira, le permitió a Elí responder en el mismo espíritu, a pesar de su mal entendido. La respuesta tierna de Elí le brindó a Ana consuelo y esperanza. Ella regresó con gozo a su casa.
Imagine el impacto que podríamos tener en nuestras familias, iglesias y comunidades si respondemos a acusaciones, rumores o insultos de la manera en que Ana le respondió a Elí.

Autor

Sa. Leona Matson (Columbia Británica, Canadá)

Pensamiento para el día

No importa lo que otros digan o hagan, puedo responder con amor.

Oración

Gracias, Dios, por los ejemplos que nos has dado en tu palabra. Ayúdanos a ser misericordiosos como Ana. Amén.

oremos

Por las personas que nos acusan falsamente.

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jueves, 22 de diciembre de 2011

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Léase Léase 1º de Samuel 1.1-18
Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Pero Ana le respondió: No, señor mío... No he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma...
- 1º de Samuel 1.14-15 (RVR)
Me puedo identificar con Ana en este relato, porque yo también sufrí acusaciones vergonzosas.
Desafortunadamente aunque mis experiencias pueden ser iguales a las de Ana, a menudo mis respuestas no lo son. Usualmente, cuando se me acusa falsamente, mi respuesta va desde insultos llenos de ira, hasta humillaciones a quienes me enojan y quejas llenas de llanto.
En cambio, cuando Ana fue juzgada falsamente, ella explicó con gentileza su comportamiento. Sus palabras hacia Elí fueron tiernas y respetuosas. Cualquier comentario que yo pudiera haber hecho hubiera mostrado solamente mi desprecio por Elí, y eso nunca hubiera logrado el resultado positivo que tuvo la respuesta de Ana. Cuando Ana respondió sin ira, le permitió a Elí responder en el mismo espíritu, a pesar de su mal entendido. La respuesta tierna de Elí le brindó a Ana consuelo y esperanza. Ella regresó con gozo a su casa.
Imagine el impacto que podríamos tener en nuestras familias, iglesias y comunidades si respondemos a acusaciones, rumores o insultos de la manera en que Ana le respondió a Elí.

Autor

Sa. Leona Matson (Columbia Británica, Canadá)

Pensamiento para el día

No importa lo que otros digan o hagan, puedo responder con amor.

Oración

Gracias, Dios, por los ejemplos que nos has dado en tu palabra. Ayúdanos a ser misericordiosos como Ana. Amén.

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Por las personas que nos acusan falsamente.

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