jueves, 22 de noviembre de 2012

EL APOSENTO ALTO

Antes de desaparecer

Léase Deuteronomio 8.11-20

¿Y qué es la vida de ustedes? Es como la neblina, que en un momento aparece, y luego se evapora.
- Santiago 4.14 (RVC)
Yo nunca olvidaré mi primer trabajo: el entusiasmo por la responsabilidad, la energía de mis colegas, el primer cheque. Mientras el dinero entrara, el trabajo era más un juego que otra cosa. Me sentía más feliz que nunca. Pero no pasó mucho tiempo para que ese entusiasmo y estas posibilidades abrieran la puerta al mundo de la familia, las cuentas y otras circunstancias inesperadas que nos mantienen despiertos en la noche. En el momento en que decidía comprarme algo para mí, algún desastre ocurría: cuentas médicas, reparaciones. Pronto comencé a sentir que algo malo sucedería en el momento en que quisiera usar el dinero para sentirme feliz. Es fácil sentir orgullo ante las ganancias financieras. El orgullo lleva a la arrogancia, y tener dinero puede hacernos creer que no necesitamos a Dios. Aunque debemos dar gracias por lo que tenemos, todo esto es como niebla. La pregunta de Santiago es aplastante; nos consuela saber que Dios es mayor y brinda más consuelo que cualquier cantidad de dinero o posesiones que podamos tener.

Autor

Sr. Billy Collins (Texas, EE. UU.)

Pensamiento para el día

¿Qué hacer con mis bienes antes de que ellos y yo desaparezcamos?

Oración

Enséñanos, Padre, a sentir satisfacción sólo en ti, no en las riquezas. Por Jesús. Amén.
OREMOS: Por las personas ricas.

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jueves, 22 de noviembre de 2012

EL APOSENTO ALTO

Antes de desaparecer

Léase Deuteronomio 8.11-20

¿Y qué es la vida de ustedes? Es como la neblina, que en un momento aparece, y luego se evapora.
- Santiago 4.14 (RVC)
Yo nunca olvidaré mi primer trabajo: el entusiasmo por la responsabilidad, la energía de mis colegas, el primer cheque. Mientras el dinero entrara, el trabajo era más un juego que otra cosa. Me sentía más feliz que nunca. Pero no pasó mucho tiempo para que ese entusiasmo y estas posibilidades abrieran la puerta al mundo de la familia, las cuentas y otras circunstancias inesperadas que nos mantienen despiertos en la noche. En el momento en que decidía comprarme algo para mí, algún desastre ocurría: cuentas médicas, reparaciones. Pronto comencé a sentir que algo malo sucedería en el momento en que quisiera usar el dinero para sentirme feliz. Es fácil sentir orgullo ante las ganancias financieras. El orgullo lleva a la arrogancia, y tener dinero puede hacernos creer que no necesitamos a Dios. Aunque debemos dar gracias por lo que tenemos, todo esto es como niebla. La pregunta de Santiago es aplastante; nos consuela saber que Dios es mayor y brinda más consuelo que cualquier cantidad de dinero o posesiones que podamos tener.

Autor

Sr. Billy Collins (Texas, EE. UU.)

Pensamiento para el día

¿Qué hacer con mis bienes antes de que ellos y yo desaparezcamos?

Oración

Enséñanos, Padre, a sentir satisfacción sólo en ti, no en las riquezas. Por Jesús. Amén.
OREMOS: Por las personas ricas.

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