sábado, 29 de septiembre de 2012

EL APOSENTO ALTO

En las manos de Dios

Léase Mateo 14.22-33
Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
- Mateo 14.31 (RVR)
Un día caminaba con una amiga por una calle poco transitada. Al pasar junto a unas ramas secas que alguien había colocado a la orilla del camino descubrimos que una cigua palmera había quedado atrapada, y luchaba por liberarse.
Intentamos ayudarle, pero el ave, al desconocer nuestras intenciones, trataba de escapar de mis manos, adentrándose cada vez más a lo profundo de la trampa. Como insistí, logré alcanzarla y, después de asegurarnos de que sus alas estaban en buenas condiciones, la echamos al vuelo. ¡Qué alegría nos sobrecogió cuando le vimos volar libremente!
De la misma forma, Dios constantemente insiste en ofrecernos su ayuda en las diversas circunstancias de la vida que nos atrapan e inhabilitan espiritualmente. Si no prestamos atención podríamos, como el ave, estar huyendo de las manos de Dios y descender cada vez más en los problemas. Dios desea liberarnos y darnos salud plena, si se lo permitimos y le dejamos obrar en nuestra vida.

Autor

Sr. Jeremías Brafett Jhonson (Sto. Domingo, República Dominicana)

Pensamiento para el día

Cuando nos dejamos alcanzar por Dios, recibimos libertad.

Oración

Señor, abre nuestros ojos espirituales para que podamos ver tus manos, cuando intentas conducirnos a la libertad. Por Jesús. Amén.
oremos

Por las personas que trabajan por defender la fauna.

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sábado, 29 de septiembre de 2012

EL APOSENTO ALTO

En las manos de Dios

Léase Mateo 14.22-33
Al momento Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
- Mateo 14.31 (RVR)
Un día caminaba con una amiga por una calle poco transitada. Al pasar junto a unas ramas secas que alguien había colocado a la orilla del camino descubrimos que una cigua palmera había quedado atrapada, y luchaba por liberarse.
Intentamos ayudarle, pero el ave, al desconocer nuestras intenciones, trataba de escapar de mis manos, adentrándose cada vez más a lo profundo de la trampa. Como insistí, logré alcanzarla y, después de asegurarnos de que sus alas estaban en buenas condiciones, la echamos al vuelo. ¡Qué alegría nos sobrecogió cuando le vimos volar libremente!
De la misma forma, Dios constantemente insiste en ofrecernos su ayuda en las diversas circunstancias de la vida que nos atrapan e inhabilitan espiritualmente. Si no prestamos atención podríamos, como el ave, estar huyendo de las manos de Dios y descender cada vez más en los problemas. Dios desea liberarnos y darnos salud plena, si se lo permitimos y le dejamos obrar en nuestra vida.

Autor

Sr. Jeremías Brafett Jhonson (Sto. Domingo, República Dominicana)

Pensamiento para el día

Cuando nos dejamos alcanzar por Dios, recibimos libertad.

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Señor, abre nuestros ojos espirituales para que podamos ver tus manos, cuando intentas conducirnos a la libertad. Por Jesús. Amén.
oremos

Por las personas que trabajan por defender la fauna.

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