(18:15 Traían a él los niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendieron.
18:16 Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 18:17 De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.)
18:16 Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 18:17 De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.)
De cierto os digo que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Lucas 18.17 (RVR)
bien y en que voy a hallar una forma de entrar en la casa?». Movió su cabeza afirmativamente y se aferró a mi brazo, mientras caminaba conmigo desde la puerta cerrada hacia un plan de acción. No preguntó nuevamente cómo entraríamos. Sencillamente se fue a jugar, confiada en que me encargaría de la situación.
La confianza de una niña nos hace humildes. Es por eso que Jesús utilizó el ejemplo de los niños como punto de referencia de cómo recibir de Dios. Los niños tienen la habilidad de creer lo que no pueden entender. Los adultos pierden este don, haciendo de la fe un desafío. Con cada dificultad, vienen las preguntas: ¿Por qué ocurrió esto? ¿Cómo vamos a sobrevivir? ¿Qué es lo próximo que va a ocurrir? En cambio, Cristo nos da un ejemplo de lo que significa creer. A pesar de no saber cómo o por qué, podemos mirar su rostro, tomar su mano y continuar viviendo con un sentido de esperanza y paz.
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