Sanidad de las heridas
Léase el Salmo 103.2-6
[Dios] perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias.
Estuve pensando en estos días en la situación de los soldados en la guerra: alejados de sus familias, y expuestos a heridas y a la muerte.
- Salmo 103.3 (NVI)
Los mismos peligros existen en la vida espiritual del cristiano. Nuestra vida es una constante guerra, con altas y bajas en todo momento. Hay momentos en que nos sentimos débiles y heridos, pero hay motivo de esperanza: tenemos el mejor equipo de emergencias médicas.
Una llamada de emergencia no cuesta nada. Una herida puede ser profunda y lenta en sanar, pero Dios es el médico perfecto y nos dará la perfecta dosis para que la herida sane pronto. Estoy seguro de que Dios batalla a mi lado para que, junto con Él, pueda alcanzar la victoria final.