miércoles, 14 de diciembre de 2011

Amor para todas las personas

                                      
 

Amor para todas las personas

Léase Léase 2ª a los Corintios 9.6-15
Hagan todo con amor.
- 1ª a los Corintios 16.14 (NVI)
Tan pronto lo vi en la calle caminando hacia mi, inmediatamente lo reconocí. No sabía su nombre, pero lo había visto antes. En el pasado, en una calle transitada podía pasar de largo mientras otras personas tenían que lidiar con su mano extendida. Hoy, era el único que estaba cerca de él.
No tenía dinero para gastar. No puedo darle a todo el mundo, pensé. Quería cruzar la calle, pero eso sería muy obvio. No quería hacer contacto con la vista.
«Buenos días», dijo. Tuve que mirar. Me sorprendió ver un rostro sonriente. «¿No es un día hermoso?», preguntó.
De inmediato busqué en mi bolsillo. «Compré un par de manzanas buenas», dije. «¿Quiere una?».
Aceptó mi oferta, sonrió y dijo: «Dios le bendiga».
Unos segundos más tarde, a medida que cada cual continuaba en su ruta, se me ocurrió que de hecho Dios me había bendecido. Dios usó la sonrisa cálida y la voz placentera para despertarme, y para ayudarme a comprender que puedo darle a otros no porque tengo que hacerlo, sino porque lo deseo.

Autor

Sr. John Hmurovic (Indiana, EUA)

Pensamiento para el día

Cada encuentro conlleva la posibilidad de dar o recibir una bendición.

Oración

Dios de amor, ayúdanos a hallar formas para expresar el amor en palabra y acción, en especial hacia quienes no conocemos. Amén.

Oremos

Por los deambulantes.

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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Amor para todas las personas

                                      
 

Amor para todas las personas

Léase Léase 2ª a los Corintios 9.6-15
Hagan todo con amor.
- 1ª a los Corintios 16.14 (NVI)
Tan pronto lo vi en la calle caminando hacia mi, inmediatamente lo reconocí. No sabía su nombre, pero lo había visto antes. En el pasado, en una calle transitada podía pasar de largo mientras otras personas tenían que lidiar con su mano extendida. Hoy, era el único que estaba cerca de él.
No tenía dinero para gastar. No puedo darle a todo el mundo, pensé. Quería cruzar la calle, pero eso sería muy obvio. No quería hacer contacto con la vista.
«Buenos días», dijo. Tuve que mirar. Me sorprendió ver un rostro sonriente. «¿No es un día hermoso?», preguntó.
De inmediato busqué en mi bolsillo. «Compré un par de manzanas buenas», dije. «¿Quiere una?».
Aceptó mi oferta, sonrió y dijo: «Dios le bendiga».
Unos segundos más tarde, a medida que cada cual continuaba en su ruta, se me ocurrió que de hecho Dios me había bendecido. Dios usó la sonrisa cálida y la voz placentera para despertarme, y para ayudarme a comprender que puedo darle a otros no porque tengo que hacerlo, sino porque lo deseo.

Autor

Sr. John Hmurovic (Indiana, EUA)

Pensamiento para el día

Cada encuentro conlleva la posibilidad de dar o recibir una bendición.

Oración

Dios de amor, ayúdanos a hallar formas para expresar el amor en palabra y acción, en especial hacia quienes no conocemos. Amén.

Oremos

Por los deambulantes.

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