miércoles, 1 de febrero de 2012

EL APOSENTO ALTO

¡Pájaro mezquino!

Léase Léase 1ª de Timoteo 6.17-19
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
- Mateo 10.8 (VPEE)
Disfrutamos observando las aves en varios de los comederos en nuestro patio. Los colibrís machos son especialmente agresivos. A veces un macho ahuyenta a todos los otros pájaros. A veces coloco un segundo comedero fuera de su vista, con la esperanza de que algunos de los otros pájaros puedan comer mientras el agresor mezquino vigila su comedero. Pero este pájaro pasa su tiempo lanzándose entre los dos comederos, alejando a los demás pájaros. Ni él ni ninguno de los otros pueden comer. ¡Cuán avaro es este colibrí!, pensé. Tan malo que no entiende que puedo reabastecer el comedero cuando la comida se reduce.
Después comprendí cuán a menudo somos como ese pájaro por nuestra falta de confianza. Dios quiere que compartamos con otras personas los dones que recibimos. Dios va a llenar nuevamente nuestro suministro, así como yo lleno el comedero de los colibrís. Pero cuando tratamos de guardar y acaparar nuestros tesoros, todos permanecemos hambrientos.

Autor

Sa. Jo Len Everhart (Idaho, EUA)

Pensamiento para el día

Ninguno de los hijos de Dios estarán hambrientos si damos generosamente.

Oración

Amado Dios, ayúdanos a compartir nuestro amor, tiempo y posesiones con quienes nos rodean. Amén.
oremos
Por quienes contemplan las aves.

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miércoles, 1 de febrero de 2012

EL APOSENTO ALTO

¡Pájaro mezquino!

Léase Léase 1ª de Timoteo 6.17-19
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
- Mateo 10.8 (VPEE)
Disfrutamos observando las aves en varios de los comederos en nuestro patio. Los colibrís machos son especialmente agresivos. A veces un macho ahuyenta a todos los otros pájaros. A veces coloco un segundo comedero fuera de su vista, con la esperanza de que algunos de los otros pájaros puedan comer mientras el agresor mezquino vigila su comedero. Pero este pájaro pasa su tiempo lanzándose entre los dos comederos, alejando a los demás pájaros. Ni él ni ninguno de los otros pueden comer. ¡Cuán avaro es este colibrí!, pensé. Tan malo que no entiende que puedo reabastecer el comedero cuando la comida se reduce.
Después comprendí cuán a menudo somos como ese pájaro por nuestra falta de confianza. Dios quiere que compartamos con otras personas los dones que recibimos. Dios va a llenar nuevamente nuestro suministro, así como yo lleno el comedero de los colibrís. Pero cuando tratamos de guardar y acaparar nuestros tesoros, todos permanecemos hambrientos.

Autor

Sa. Jo Len Everhart (Idaho, EUA)

Pensamiento para el día

Ninguno de los hijos de Dios estarán hambrientos si damos generosamente.

Oración

Amado Dios, ayúdanos a compartir nuestro amor, tiempo y posesiones con quienes nos rodean. Amén.
oremos
Por quienes contemplan las aves.

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