lunes, 16 de julio de 2012

Esperanza dañina

Esperanza dañina

Léase Mateo 19.16-22
View the Julio-Agosto, 2012 Issue
Jesús dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
- Mateo 19.21 (NVI)
Por muchos años creí que mi trabajo definía quién yo era. Puse mi esperanza en la estabilidad y la seguridad de mi carrera profesional en vez de ponerla en Dios. Un día, cuando me preparaba para salir del trabajo, mi supervisor me llamó a su oficina y me informó que mi posición había sido eliminada. El temor me invadió al comprender que toda mi esperanza para el futuro había desaparecido.
Mi situación me recordó la historia sobre el hombre rico (Mateo 19), quien también puso su esperanza en algo que no valía la pena. Tenía muchas riquezas y no estaba dispuesto a abandonarlas para seguir a Jesús. Pero ni la posición social ni las riquezas sustituyen a Dios.
Ahora comprendo que perder el trabajo en el cual basaba mi esperanza para el futuro fue lo mejor que me pudo ocurrir. Durante este tiempo de crisis, aprendí que Dios es fiel llenando todas mis necesidades. Nada de lo que el mundo ofrece me da esperanza eterna; sólo Dios lo puede hacer.

Autor

Sa. Noel McArtor (Nevada, EE. UU.)

Pensamiento para el día

¿En qué estoy poniendo mi esperanza?

Oración

Padre celestial, sólo tú nos das esperanza. Ayúdanos a confiar en ti sin importar las circunstancias. Amén.
OREMOS: Por quienes se sienten sin esperanza.

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lunes, 16 de julio de 2012

Esperanza dañina

Esperanza dañina

Léase Mateo 19.16-22
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Jesús dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
- Mateo 19.21 (NVI)
Por muchos años creí que mi trabajo definía quién yo era. Puse mi esperanza en la estabilidad y la seguridad de mi carrera profesional en vez de ponerla en Dios. Un día, cuando me preparaba para salir del trabajo, mi supervisor me llamó a su oficina y me informó que mi posición había sido eliminada. El temor me invadió al comprender que toda mi esperanza para el futuro había desaparecido.
Mi situación me recordó la historia sobre el hombre rico (Mateo 19), quien también puso su esperanza en algo que no valía la pena. Tenía muchas riquezas y no estaba dispuesto a abandonarlas para seguir a Jesús. Pero ni la posición social ni las riquezas sustituyen a Dios.
Ahora comprendo que perder el trabajo en el cual basaba mi esperanza para el futuro fue lo mejor que me pudo ocurrir. Durante este tiempo de crisis, aprendí que Dios es fiel llenando todas mis necesidades. Nada de lo que el mundo ofrece me da esperanza eterna; sólo Dios lo puede hacer.

Autor

Sa. Noel McArtor (Nevada, EE. UU.)

Pensamiento para el día

¿En qué estoy poniendo mi esperanza?

Oración

Padre celestial, sólo tú nos das esperanza. Ayúdanos a confiar en ti sin importar las circunstancias. Amén.
OREMOS: Por quienes se sienten sin esperanza.

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