Rocío refrescante
Léase Isaías 44:3-8
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará.
Hace muchos años, viajé a Zimbabue en una asignación de trabajo. Ese año el país estaba pasando por una terrible sequía. A lo largo del camino podíamos ver las señales de la falta de lluvia: campos secos, los cadáveres de miles de cabezas de ganado.
- Salmo 1:3 (RVR)
Sin embargo, cuando llegamos a las Cataratas Victoria, el bosque en las inmediaciones era verde y exuberante. El rocío por la caída de las cataratas crea una lluvia constante sobre el área, lo que resulta en un follaje espectacular.
Esa exuberante selva tropical en medio de la sequía me reveló que nosotros también podemos vivir en medio de una sequía de comprensión y amor. Esta sequía interna nos deja tan sedientos y sin esperanza como los restos de animales en la carretera.
El refrigerio que necesitamos viene de Dios, quien ministra a nuestros secos corazones a través de una canción, palabras amables, una llamada inesperada o una nota. Bañados por el amor de Dios, somos parte de la corriente que nutre a otros.
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