sábado, 14 de enero de 2012

EL APOSENTO ALTO

     

Una nueva identidad

Léase Léase Isaías 43.1-7
Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: «No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío.»
- Isaías 43. 1 (NVI)
Unos momentos antes de comenzar el servicio de adoración, escuché un susurro: «Cuando anuncie a la organista de hoy, dígales que es Elizabeth».
Me sentí confundida. ¿Elizabeth? Siempre la había conocido como Betty. Después del servicio, ella me explicó: «Mi vida es diferente ahora. Dios me ayudó a hacer cambios importantes en mi vida. Me siento como una nueva persona, así que necesitaba un nuevo nombre». Elizabeth había salido de un matrimonio abusivo. Dejó de embriagarse y se unió a un grupo de apoyo. Estaba en un camino de descubrimiento y renovación. Ella estaba reclamando su identidad como hija amada de Dios.
Elizabeth no siempre se vio a sí misma como una persona merecedora de amor y respeto. Ahora podía enfrentar su futuro sin temor, confiada en que Dios la conoce y la ama. Ella es un recordatorio viviente de la presencia y la dirección de Dios durante los momentos difíciles de la vida. Dondequiera que la veo la llamo Elizabeth.

Autor

Sa. Susan J. Foster (Connecticut, EUA)

Pensamiento para el día

Voy a mirar a cada persona que encuentre hoy como hijo/a de Dios.

Oración

Dios de muchos nombres, ayúdame a reclamar mi identidad como tu hija amada. Amén.
oremos

Por alguien rehabilitándose de su adicción.

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sábado, 14 de enero de 2012

EL APOSENTO ALTO

     

Una nueva identidad

Léase Léase Isaías 43.1-7
Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: «No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío.»
- Isaías 43. 1 (NVI)
Unos momentos antes de comenzar el servicio de adoración, escuché un susurro: «Cuando anuncie a la organista de hoy, dígales que es Elizabeth».
Me sentí confundida. ¿Elizabeth? Siempre la había conocido como Betty. Después del servicio, ella me explicó: «Mi vida es diferente ahora. Dios me ayudó a hacer cambios importantes en mi vida. Me siento como una nueva persona, así que necesitaba un nuevo nombre». Elizabeth había salido de un matrimonio abusivo. Dejó de embriagarse y se unió a un grupo de apoyo. Estaba en un camino de descubrimiento y renovación. Ella estaba reclamando su identidad como hija amada de Dios.
Elizabeth no siempre se vio a sí misma como una persona merecedora de amor y respeto. Ahora podía enfrentar su futuro sin temor, confiada en que Dios la conoce y la ama. Ella es un recordatorio viviente de la presencia y la dirección de Dios durante los momentos difíciles de la vida. Dondequiera que la veo la llamo Elizabeth.

Autor

Sa. Susan J. Foster (Connecticut, EUA)

Pensamiento para el día

Voy a mirar a cada persona que encuentre hoy como hijo/a de Dios.

Oración

Dios de muchos nombres, ayúdame a reclamar mi identidad como tu hija amada. Amén.
oremos

Por alguien rehabilitándose de su adicción.

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