lunes, 17 de junio de 2013

EL APOSENTO ALTO

“Permite que Dios te bendiga”

Léase 2ª a los Corintios 9.6-15

Esta ayuda que es un servicio sagrado no sólo suple las necesidades de los santos sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios.
- 2ª a los Corintios 9.12 (NVI)
La otra noche, esperando el metro, se me acercó un hombre desamparado. Como no había ningún tren, decidí escuchar su historia. Era la misma historia de muchos que viven en las calles. Él estaba buscando algo que comer y sentí el deseo de ayudarle. Mientras el tren se acercaba, le entregué una suma gene-rosa de dinero, sabiendo que era suficiente para un hospedaje limpio y seguro. Él estaba sorprendido por el regalo, pero me sorprendió aún más la frase que salió de sus labios: «Permite que Dios te bendiga.» En ese instante, Dios unió el camino de dos almas – uno ya bendecido y otro que necesitaba una bendición. Fe torna nuestros corazones hacia Dios para bendición en los momentos más terribles. Esa misma fe puede guiarnos a ver la vida con ojos y corazones abiertos para bendecir a otros.

Autor

Sr. Robert T. Rupp (Illinois, EE.UU.)

Pensamiento para el día

Las bendiciones de Dios deben llegar más allá de nosotros a los demás.

Oración

Dios, dador de todo bien, úsanos para llevar bendi-ción a otros. Amén.

OREMOS: Por los que viven a el margen de la sociedad.

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lunes, 17 de junio de 2013

EL APOSENTO ALTO

“Permite que Dios te bendiga”

Léase 2ª a los Corintios 9.6-15

Esta ayuda que es un servicio sagrado no sólo suple las necesidades de los santos sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios.
- 2ª a los Corintios 9.12 (NVI)
La otra noche, esperando el metro, se me acercó un hombre desamparado. Como no había ningún tren, decidí escuchar su historia. Era la misma historia de muchos que viven en las calles. Él estaba buscando algo que comer y sentí el deseo de ayudarle. Mientras el tren se acercaba, le entregué una suma gene-rosa de dinero, sabiendo que era suficiente para un hospedaje limpio y seguro. Él estaba sorprendido por el regalo, pero me sorprendió aún más la frase que salió de sus labios: «Permite que Dios te bendiga.» En ese instante, Dios unió el camino de dos almas – uno ya bendecido y otro que necesitaba una bendición. Fe torna nuestros corazones hacia Dios para bendición en los momentos más terribles. Esa misma fe puede guiarnos a ver la vida con ojos y corazones abiertos para bendecir a otros.

Autor

Sr. Robert T. Rupp (Illinois, EE.UU.)

Pensamiento para el día

Las bendiciones de Dios deben llegar más allá de nosotros a los demás.

Oración

Dios, dador de todo bien, úsanos para llevar bendi-ción a otros. Amén.

OREMOS: Por los que viven a el margen de la sociedad.

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